miércoles, 5 de octubre de 2016

Última parada: Seguir



A Consuelo Trujillo,
que siempre que te acercas a ella, te abre la puerta de lo extraordinario.

Cuando tocas lo extraordinario
luego se hace difícil
volver a la humildad
de la propia vida,
haciendo ver como
que no ha pasado nada,
como si no te hubieras
encontrado de frente
con lo que eres
con lo que puedes llegar a ser
-quizás no ahora mismo
quizás un poco más adelante
quizás no siempre solo a veces-.

Entonces recolocas
la hora del despertador
cambias la canción
vas a la peluquería
a que te corten el pelo
en plan Dalila
abres la ventana
y te dices con cierto fastidio:

- Jódete, que además
hay sol.

¿Será que todo lo experimentado
ha sido solo el reflejo del sudor
en el lago de la verdad?

¡Anda que no!

No sabes si olvidar si recordar
si olvidar recordando si recordar olvidando
o darte un sopapo en plena nostalgia
en el corazón de ese sopor lento
con el que tropiezas a cada rato.

Suerte que en tu desesperación
por regresar a la antigua calma
has abierto todas tus libretas
y has encontrado
una frase que te regaló NER
en su libro de memorias.

Las cosas nunca volverán
a ser lo que eran
pero pueden ser buenas.

Y en un rapto de fe
te dices a ti misma
¿y si fueran mejores?

Esto no ha hecho más que seguir.


(*) Foto de Gertrudis Losada.

BSO, The sound of silence, by Simon & Garfunkel



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