Me gustas cuando
callas
porque al fin hay
silencio.
¡Ay, si dejara de oírte!
Me gustas cuando no
estás
porque así no te
aguanto.
¡Ay, si dejara de ser tu water de lágrimas!
Me gustas cuando
desapareces
porque espero que
sea para siempre.
¡Ay, si dejara de imaginar la libertad!
Me gustas cuando me
olvidas
porque así no me molestas.
¡Ay, si dejara de tirar lo que me regalas!
Me gustas cuando
roncas
porque quizás un día te ahogues.
¡Ay, si dejara de ansiar el otro lado la cama!
Me gustas cuando
comes
porque igual te
atragantas.
¡Ay, si dejara de masticar en mis entrañas!
Me gustarías sobre
todo
si nunca te hubiera
conocido
y estuvieras por conocer;
o mejor aún,
si en ese por conocer
tuvieras tiempo de descubrirme
como soy y no como quieres
que sea;
o ya ideal,
si en ese futuro encuentro
que ya por desgracia sucedió
tú fueras tú
y yo solo yo,
sin cargas,
sin cuentos románticos,
sin paisajes idílicos,
sin romances
ni misiones imposibles.
Solo tú y yo.
Y ahora que me lo
preguntas,
te lo digo:
- Quiero el divorcio hoy
porque justo esta mañana la lejía
funcionó: borró para siempre
tu promesa de bajarme la luna
y evaporó mi anhelo
de que cambies,
cambiemos,
nos amemos.
BSO, Yo aprendí, de Danay Suárez
No hay comentarios:
Publicar un comentario