Ilustración de Rafael Arjona
Poemario Algún lugar en el mundo, de Laura Freijo
DECÁLOGO
PENSAPOÉTICO
1.-
Buscarás incansablemente la originalidad.
2.-
Encontrarás siempre la mayor sencillez del verso.
3.-
Dirás siempre lo que se necesita decir. Tanto si es propio como
ajeno.
4.-
Afinarás, más que la voz, tus cuerdas vocales pensapoéticas para
cantar con adecuado aliento cualquier relieve que destaque en la
mirada del infinito o en el panorama de lo vulgar.
5.-
Cada pensapoamiento encierra un mundo, un universo, una cosmogonía
que puede o no ser propia del pensapoador/a pero siempre es un mundo,
un universo, una cosmogonía de auténtico rigor del alma, de la
vida, del mundo que nos rodea, tanto por dentro como por fuera. Vida
onírica, deseada, inventada, vivida, ¡vívida! para el
pensapoamiento antes que para el/la pensapoeta.
6.-
Todo lo pensapoemado es susceptible de ser pensapoamado.
7.-
Auscultarás con oído sensible el latido del pensapoamiento y
bogarás siempre a favor de su corriente natural. Incluso cuando su
forma y/o contenidos puedan considerarse nulos, obsoletos, pasados de
moda, exentos de estética y de poética burda. El pensapoamiento
necesita nacer y manifestarte y te ha escogido a ti como canal
transmisor: no le falles, no lo niegues. Escríbelo para el papel,
recítalo para el mundo.
8.-
La imperfección es la perfección: belleza auténtica, genuina,
absoluta.
9.-
Corrige siempre los lugares comunes a no ser que la suma de ellos dé
como resultado el mapa de un nuevo emplazamiento poético cuyo
destino sea la creación de un nuevo alumbramiento, bien sea de un
pensapoamiento o de un/a pensapoador/a o, incluso, de una nueva
corriente poética.
10.-
Regala todos aquellos pensapoamientos que precisen de libertad y
audiencia. Al final, un pensapoamiento no es solo de quien lo escribe
sino de quien lo necesita.
Estas
diez reglas pensapoéticas se resumen en dos: cultivarás la rosa aun
cuando la corola desfallezca y solo brillen sus espinas y afirmarás
tus pies en el suelo del delirio pensapoético aun cuando la metáfora
sea inexistente y la alegoría pretenda un aleluya imposible.
Santa
Coloma de Gnet. Lunes de Pascua, 21 de abril de 2014
Laura
Freijo Justo