miércoles, 11 de abril de 2018

Casandra



Soy la que ve.
Más allá de lo obvio.
Lo obvio en sí.
La cosa y su representación.
Su símbolo y la señal.
Todas las posibilidades.
La única realidad.
Lo que es y lo que será.
Sus otras consecuencias
y dimensiones.
Sigo siempre la visión
que se manifiesta.
A su llegada,
la profecía,
penetra en mí
como la enseñanza
en el sabio.
La carne se abre,
recibe.
La sangre lee
y discurre.
La mirada sueña
la imagen y ya todo 
lo sabe
para ignorarlo.
Ese es mi don.
Ese es mi reto.
Saber para ignorar.
Silencio que se funde
en el futuro.
Con el tiempo
he aprendido
que solo la llegada
de lo inevitable
puede generar
conciencia.
Por eso callo,
por eso y por los ángeles
de los diferentes
que abren sus almas
sin rencor.

(*) Dibujo de Gertrudis Losada Alva.

lunes, 2 de abril de 2018

Vestida de silencio




Vestirme de silencio
para nacer y ser
silencio mismo.

He aquí mi íntima
aspiración ahora.

En una ceremonia
a la orilla de una montaña.

O al pie de un mar
de cielo poblado
de horizonte.

Encender un fuego
de sombra y cobijo.

Ofrecer una canción
con los sonidos
de la noche
y los recuerdos
del corazón.

Ya en el sueño,
ligera de viento,
desprendida de la ilusión,
entregarme
a la luz de una mirada
cascabel.

Sí, entonces afuera
se hará el silencio
también
y en el centro
tañerán campanas.

Mi espíritu
en la vibración
adecuada.

El alma siempre
preparada.

Conciencia.

Ah, vestida
de ese nuevo silencio
caminaré
por los ríos de arena
y asfalto.

Y desde ahí
inauguraré mi nueva
escritura.