Vestirme
de silencio
para
nacer y ser
silencio
mismo.
He
aquí mi íntima
aspiración
ahora.
En
una ceremonia
a
la orilla de una montaña.
O
al pie de un mar
de
cielo poblado
de
horizonte.
Encender
un fuego
de
sombra y cobijo.
Ofrecer
una canción
con
los sonidos
de
la noche
y
los recuerdos
del
corazón.
Ya
en el sueño,
ligera
de viento,
desprendida
de la ilusión,
entregarme
a
la luz de una mirada
cascabel.
Sí,
entonces afuera
se
hará el silencio
también
y
en el centro
tañerán
campanas.
Mi
espíritu
en
la vibración
adecuada.
El
alma siempre
preparada.
Conciencia.
Ah,
vestida
de
ese nuevo silencio
caminaré
por
los ríos de arena
y
asfalto.
Y
desde ahí
inauguraré
mi nueva
escritura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario