Con el tiempo,
aprendes que en la renuncia
a menudo anida el descanso,
aprendes a no esperar nada
de nadie -sin ansia ni reproches-,
aprendes que lo más importante
es el momento presente,
aprendes que el amor de tu vida es el actual,
aprendes que la mayoría de mensajes
que recibes no son nada personal,
aprendes que la verdadera humildad
se halla en el silencio
y el anonimato,
aprendes que todo esto va
de vivir una experiencia humana
que encuentra el sentido
de las cosas en la verdad del corazón.
Y al final,
sabes
a ciencia cierta
que la simplicidad,
la paz de espíritu
y el equilibrio
son las grandes conquistas.
(*) En la línea azul. Barcelona, jueves 17 de marzo de 2022.