viernes, 27 de febrero de 2015

Un día seré río




Un día seré río
y las fuentes querrán
estar dentro de mí.
Beber de mí.
Nacer de mí.
Ese será un día ligero.
De horizonte sereno
y alcanzado.
No habrá metas,
ni siquiera camino.
Solo ser.

La tierra se abrirá
sin dolor.

Ofrecerá su semilla
a los peregrinos del alma
y los niños mamarán
aire de las montañas.

Una conciencia
sin rumbo
pero certera
sabrá de nosotr@s
vagabund@s de un cosmos
                                         incierto
navegant@s sin vela
paracaidistas de la intuición.

La ansiedad por llegar
poco a poco
irá aposentando su vagón
en los surcos
de las labranzas libres.

Vivir no será una carrera.

Vivir solo será.

Un día seré río
y las nubes preñadas
de gotas
como esperanzas
alimentarán mi cauce
aumentarán el tuyo.

Cauce presente.

Cauce alianza.

Cauce real.

Cauce nueva creación.


BSO, Hold back the river, de James Bay

La fotografía es del salto del río Sil, afluente del Miño. Galicia.

domingo, 15 de febrero de 2015

Llegará la primavera y engendrará luciérnagas





Llegará la primavera
y engendrará luciérnagas
serán mayo azul
y junio verde en las heras
camineramos juntas
-sin mezclarnos-
sudadas 
-sin marearnos-
pero con oleaje interno
y tras unos cuantos pasos
-quizás saltos en densidad de las estrellas
o en la profundidad de los bosques de luz-
podremos plantar una raíz nueva.

Cimientos invisibles entonces
sostendrán la esperanza
en el silencio de la noche
y los huéspedes del mal
se extinguirán en pequeñas terrazas
al sol donde se seca la ignominia
de las manos manchadas de sangre.

Sí, llegará abril con su lluvia
ardiente y las nubes proclamarán
la firma mojada de un renacer,
de un amanecer anaranjado
respuesta de la ausencia de espejo,
latir solo de los corazones
que aún se sueñan ultraligeros,
firmamento donde subyacen
los no-deseos equilibrados.

Después nos despojaremos
del ruido de nuestra sombra
y al estar libre,
nosotras, frágiles en el horizonte,
inquebrantables en la memoria,
regresaremos a nuestra torre vigía,
la misma que desde ayer alumbra
la mirada del presente.

Sí, sí, sí, llegará la primavera
ausencia de frío y espuma nueva
que engendrará luciérnagas
para seguir andando el camino,
cubriendo de amor las tumbas
de nuestros antepasados
y escribiendo un nuevo género
humano,
el de las almas flotantes
la palabra fiable
y los versos volátiles.

Sí, llegará la primavera
y encenderá la senda de la paz
y el discurso del corazón.

Al fin, el movimiento encadenado
nos trascenderá.


BSO, Chandelier, de Sia

jueves, 12 de febrero de 2015

Debemos estar preparadas o goytisoleando



Me gusta justamente el plato que otro come
 aburro una tras otra mis camisas 
me encantan los entierros y odio los recitales 
duermo como una bestia
 deseo que los muebles estén más de mil años en el mismo lugar
 y aunque a escondidas uso tu cepillo de dientes 
no quiero que te peines con mi peine. 


José Agustín Goytisolo


Vamos a poner
las cosas claras
desde el principio, querida.

Ahora el amor
y la novedad nos pueden
pero cuando el velo del deseo
empiece a clarear
y otros amaneceres
nos despierten,
debemos
-debes
pues ya son muchos años
y me conozco un poco-
estar preparadas.

Solo a veces soy
lo que parezco,
el resto soy otra.
Más silenciosa
menos activa
y probablemente
con una tendencia
al descanso horizontal
que a la larga
te sacará de quicio.

-no soy vidente
solo acumulo experiencia-

Me gusta me entretiene
me apasiona y me divierte
estar inmersa en mis proyectos
y ficciones
-tanto si me toca disfrutarlos
como sufrirlos-
y el sexo
pasado el huracán
de los inicios
me va y me viene.
Te advierto que no es cuestión
de que siga enamorada de otra
o que no me atraigas.
Es algo que me sucede
y ni las terapias varias
-sistémicas, psicoanalíticas,
gestálticas, miméticas-
ni la bioenergética
ni el chicún ni el basquet
ni la meditación Osho
ni el yoga tántrico
ni la matemática cuántica
de mi locura
han logrado corregirlo.

Albergo un profundo sentido
de la libertad
que todavía hoy
no he podido compartir
desde la confianza absoluta
con ninguna de mis novias
tan solo con mis tres amores
platónicos imposibles y no posibles
-que no es lo mismo-.

No acostumbro a ser infiel
pero quizás coqueteo inconsciente
desde el intelecto,
casi nunca con el cuerpo
pues aunque con necesidades
permanentes de descubrimiento
de otras gentes
en tu ausencia
solo ejerzo la soltería
de diseño.
Además nunca estuve
dotada para la mentira:
demasiado disco duro
para alguien tan ocupada
como yo.

Luego está el asunto
de los esputos
y los ronquidos,
que quisiera precisar
para no provocar desde ya
malentendidos.
Escupo.
Escupo mocos
en las mañanas de invierno,
metáforas inútiles en las madrugadas
desamparadas
y ronco a diferentes decibelios
el resto del año;
excepto las noches de luna llena
que aúllo sin pretensiones
y miro las estrellas
dando un poco de tregua.

También me rasco.
Un tic nervioso como
otro cualquiera.
Cuando me ataca
ni me doy cuenta
y puedo combinarlo
con otros quehaceres
cotidianos, si la contorsión
del cuerpo no es excesiva.

Es verdad que soy simpática
y bastante ocurrente
y tengo siempre una teoría
a disposición para el salvamento
en el último momento
de la raza humana
-en general-
y de las mujeres hermosas
-como tú-
en particular.

Pero créeme si te digo
que lo que ahora encuentras
un prodigio
con el tiempo
te resultará resabiado
porculero y propio
de una estúpida,
esta misma que ahora
te fascina
y te hace tanta risa.

Hay seguramente
más detalles
que te alejarán de mí,
pero quizás está bien
que deje de boicotearnos
pues todavía nos amamos
y aún tu mirada
me devuelve el reflejo
del carnero degollado
y la ilusión imperecedera
de que todo es bien,
de hecho, muy muy bien.
Perfecto.



BSO. La novia bollera, de Laura Freijo y Esteban Matuké.