A Xavi Abad
puedes
dejar
tu
ropa interior usada
tu
agenda de antiguos novios
los
apuntes prosaicos
de
tu cuerpo en su alma
tus
ganas
tu
tristeza azul
tus
besos naranja
tu
lengua en su saliva
tus
palabras
llenas
huecas muertas tontas
tu
toalla infantil
tu
gel sport tu shampoo anticaída
tu
peine tu espuma
el
perfume de tu sudor
y
el rumor de antiguas rabias
tus
orgasmos altos cosmopolitas
picasianos
y hasta los enanitos entusiasmados
tus
latidos distorsionados
tu
memoria
tu
olvido
tus
historias caducas
tus
torpezas perfectas
tus
vasos sin carmín
y
hasta los cristalitos
de
las lágrimas
que
nunca lloras
puedes
dejar
el
rastro de tu laberinto
y
las necedades de tus miedos
tus
críticas más soñolientas
tus
tormentas de arena
tu
luna partida
y
tu sol enraizado
en
los antebrazos de tus anhelos
el
tic-tac de tus destiempos
las
varices de tus recuerdos
las
mocedades de tus nuevas
ilusiones
los
rezos asilvestrados
de
tus credos
la
luz perenne de tu ser
y
los mitos
de
tus reportajes más alucinantes
puedes
hasta dejarte
las
ruinas de tus desmayos
y
los restos de tus recientes
naufragios
te
confieso un secreto
-entre
tú y yo-
puedes
quedarte
invisible
y traslúcido
en
cada uno de sus muebles
cuadros
libros pantallas
y
hasta en el aullido de su gato
pero
no permitas
nunnnnnca
nunnnnca
que
se acomode
tu
cepillo de dientes
en
su lavabo
solo
Dios
-y
todas las amantes
que
me han abandonado -
saben
que una dejadez
de
este calibre
es
el principio del fin
de
los amores terrestres
hazme
caso, amigo
no
dejes que se quede
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